domingo, 2 de enero de 2022

Lo que pasó el 2021

 



La pandemia cubrió Europa, América, parte de Asia y de África no se sabe porque no hay registros y las vacunas llegaron tarde, mal y nunca.

Ante una emergencia mundial, las Naciones Unidas mostraron una vez más su inoperancia. El Consejo de Seguridad ignoró la pandemia. Solo fue el tema diario de una débil pero prepotente OMS.

Las vacunas rusa, china y cubana no fueron aceptadas por la Unión Europea para admitir viajeros. Para África solo enviaron las sobras de las vacunas a punto de vencimiento.

Los grandes poderes mantuvieron la privatización de la salud mundial y los negocios mega millonarios de las farmacéuticas aun a costa de la muerte de millones.

China dominó la pandemia y mantuvo su ascenso económico, pero la Ruta de la Seda quedó en Stand By. Estados Unidos, Canadá y sus otros países títeres se ocuparon en provocarla armando a Taiwan, azuzando a Hong Kong y sancionando a los productos chinos cada vez que pueden.

La Unión Europea no se quedó atrás. La OTAN movilizó sus tropas con los ucranianos hasta las mismas puertas de Rusia. La fobia anti rusa se desató en Ucrania, Hungría y Polonia, donde gobiernan partidos neofascistas.

Gran Bretaña culminó su divorcio de Europa con graves consecuencias para sus trabajadores, estudiantes y ciudadanos en general. Como no logró una alianza concreta con los norteamericanos, ahora las islas han quedado solas, apartadas del mundo occidental, en la información y los negocios.

Rusia se sigue consolidando y recupera gradual pero sostenidamente su calidad de potencia mundial.

La Alianza Chino rusa ya es una realidad.

Latinoamérica gira a la izquierda, ciertamente a una izquierda bastante moderada si se la compara con la de los años sesenta. La mayoría de los gobiernos están en manos ahora de distintas fuerzas de izquierda en alianza con diferentes fuerzas de centro. La ultraderecha fascista asoma la cabeza a través de movimientos y partidos distintos en Europa y América Latina.

Y mientras tanto, millones de refugiados, desplazados, migrantes, solicitantes de asilo, personas que viven en la calle y trabajadores precarios esperan atención y justicia. El capitalismo post neoliberal reseteado, nos sonríe y acoge en sus redes mientras nos somete y vigila.