Las “mayorías” de las
elecciones parlamentarias de 2020 no son tales, son minorías si se las compara
con la población total de electores.
El Congreso de 2020 es una
colección de pequeñas minorías.
El Perú tiene 32 millones
de habitantes.
De esos 32 millones de
habitantes, 24 millones 794 están en edad de votar.
Más de 22 millones 700 mil
debieron votar obligatoriamente por ser menores de 70 años. El resto, dos
millones, votó voluntariamente, si es que lo hizo.
La ONPE consignó en los
padrones electorales a 21 millones 369,428 peruanos habilitados para votar.
5 millones 420,458 peruanos no acudieron a las
urnas (ONPE).
Dado
que 5 millones no fueron a votar, solo 19 de 21 millones de electores hábiles votaron.
De
esos 19 millones que fueron a votar, alrededor de 7 millones votaron por los catorce
partidos de la boleta. Son los llamados votos válidos.
El
resto, 12 millones, votaron blanco o viciado (Resultados ONPE al 99% de las
actas escrutadas).
Votaron
en blanco 370,747.
Viciaron
su voto, 2’552,369.
Total blancos y viciados,
casi tres millones.
La derecha no pudo esta vez
soltar el río de dinero que tiene costumbre en cada proceso electoral. O los
empresarios que hacen bolsas para comprar candidatos, están temerosos del
escándalo, o no dieron importancia al evento por tratarse de un congreso que
durará solo un año. Ese gran elector, la CONFIEP y adláteres, estuvo ausente
esta vez. O confían en rehacer su mayoría con los elegidos que se vendan.
El partido que más votos
logró fue Acción Popular, que tuvo un millón 341 mil 817 votos, menos de la
mitad de los votos viciados y en blanco, apenas un 10% de los votos totales.
Conclusión:
los señores Blanco y Viciado ganaron de lejos las elecciones porque fueron tres
millones.
¿Por
qué tantos ciudadanos no fueron a votar siendo el voto obligatorio y habiendo
multa para los ausentes?
¿La
elevada proporción de votos en blanco y viciados significa solo ignorancia,
falta de habilidad para escribir o expresa algo más, acaso indiferencia o
indignación?
Lo
que los medios presentan como las grandes sorpresas o los partidos
“mayoritarios” son, en realidad, minorías. Ellos darán en adelante las leyes a
las que tendremos que someternos.
Acción
Popular ha logrado 1 millón 341 mil votos de un total de 21 millones de
electores hábiles. UPP y el Frepap, los acontecimientos sensacionales de la
jornada, bordean el millón cada uno.
Daniel
Urresti, la estrella de Lima, tiene apenas 477,000 votos de los 21 millones de
electores hábiles y es presentado como el candidato más votado.
Los
113 mil votos del Apra dan una dimensión del tremendo castigo propinado por los
electores a esta agrupación convertida ahora en un micro partido.
El
electorado castigó al Apra y el PPC que no lograron sobrepasar el mínimo
necesario para llegar al Congreso.
Fuerza
Popular fue reducida al 7%
El
Partido Morado quedó lejos de sus expectativas.
La
izquierda tradicional fue indefinida y fragmentada. Juntos por el Perú no
sobrepasó la valla.
Solo
Acción Popular, el Frepap, Alianza para el Progreso y Podemos Perú (en este
caso debido al protagonismo de Daniel Urresti) sobrepasaron el millón de votos,
la vigésima parte del electorado hábil.
Fueron
premiados la UPP de Antauro Humala y el FREPAP del pescadito con más de 800,000
votos cada uno. Aparecieron como la sorpresa de la jornada. Pero tampoco es una
cifra notable, apenas el 7% del electorado cada uno.
Lo
que pasa es que, en el Perú, emitir un voto en blanco o viciado no entra
en el cómputo de votos válidos ni en el cálculo de la cifra repartidora y eso
da una visión engañosa de los resultados porque hace crecer los porcentajes de
los ganadores.
El
voto banco o viciado, nos guste o no, debería entrar en el cómputo, porque
votar en blanco o viciado es abstenerse de elegir en una boleta que no se
considera atractiva. En muchos casos, puede ser expresar una opinión, cuando no
se trata de un error de marcado.