miércoles, 9 de abril de 2014

Daniel Kahneman

Este mes de marzo fue presentado en el Central Hall de Westminster, Inglaterra, un best seller global: el libro de Daniel Kahneman Thinking Fast and Slow, pensando rápido y lento. London: Penguin books, 2012. Conductista y psicólogo social, Kahneman ganó el Premio Nobel en 2002. Daniel Kahneman creó el campo del behaviorismo o conductismo económico y revolucionó la psicología social. Según él, nuestra razón tiene dispositivos que son independientes de nosotros y nos conducen a grandes y sistemáticos errores. La razón es lo menos razonable que hay. Si queremos hacer mejores decisiones en nuestra vida y sociedad debemos saber que es peligroso confiar en ella. Cuando Kahneman demuestra esta afirmación con multitud de experimentos, derriba uno de los pilares de la civilización occidental y la modernidad: la fe en la razón. Por otra parte, nuestro sentido del riesgo y del peligro es influido por los acontecimientos que guarda nuestra memoria. Pero nuestras mentes no procesan estadísticamente los incidentes de violencia y peligro como lo haría un sistema computarizado. Hay un desbalance estructural o una brecha entre memoria y conducta. No siempre nuestros actos responden a nuestra experiencia. La idea de la naturaleza humana con defectos inherentes a su estructura y dinámica es consistente con una visión trágica de la condición humana. La aversión al riesgo, por ejemplo, revela la relación crucial entre economía y psicología. Nuestra naturaleza es ser limitados y cometer errores. Es parte de nuestra contextura de seres humanos que tengamos que vivir defectuosamente, con esa tragedia entre la realidad y el error. Otra parte del trabajo de Kahneman muestra cuán irracionales podemos ser. La economía está ligada a nuestra psiquis. Kahneman demuestra que somos criaturas instintivas y cualquier intento por hacernos actuar racionalmente puede llevarnos al error. Es el azar el que manda. Los descubrimientos de Kahneman afectan las modernas técnicas de planeamiento tan de moda en estados y empresas. Él muestra que el éxito financiero tiene que ver más con el azar que con la planificación. La modernidad ya fue criticada por los filósofos; pero la filosofía, al fin y al cabo, es especulación. Lo de Kahneman es un conjunto de comprobaciones respaldadas por multitud de experimentos.

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